jueves, 21 de abril de 2011

No, no lo es.

Hay una entrevista más q interesante en youtube a Reverte en el programa de Jesús Quintero de los Ratones Coloraos en la que en un momento determinado le preguntaba: ¿Usted siempre ha sido así? Primero Reverte dice que sí, pero un segundo después se corrige y dice: Bueno, puede que no siempre haya sido así. Puede que con 14 o 15 años me imaginé cómo quería ser y me he ido convirtiendo en esa persona.

Algo así me ha ocurrido a mi. Cuando tenía esa edad (gordito, tímido, cagado con el mundo) me imaginaba a mi mismo siendo un treinteañero soltero, con libertad, teniendo una profesión q molara, viajando mucho y bebiéndome la vida. Todavía no he llegado a ser ese personaje, pero me gusta pensar q en los últimos años me estoy acercando. Hubo épocas en que olvidaba ese sueño mío, sólo mío, y creía que el hueco q sentía en alguna parte podía llenarlo con una relación. Pero nunca lo conseguí. Cuanto más esfuerzo le he puesto a una relación más he tenido que luchar conmigo mismo por tantas cosas de mi forma de vivir que tenía que desechar. Hay que valer para eso, hay que tener una capacidad de sacrificio y de, llamémoslo así, resignación, que yo ni tengo ni aspiro a tener. El equilibrio entre esa certeza y la pasión que siento por las mujeres me ha convertido en más de alguna ocasión en un tío bastante triste. Ser un romántico redomado con un coco tan libre no es algo sencillo de consensuar. Al final, y gracias al ensayo y error (y tantos malos ratos absurdos con personas a las que a veces ni recuerdo), acabas dándote cuenta de que los mejores días de tu vida, los más brillantes, los has pasado disfrutando de esa libertad. Siendo tú mismo, sin pensar por dos cabezas.

Tantas parejas falsamente felices alrededor, tanta zorra que tontea conmigo por el Facebook en privados para que no se entere el novio, tanta diva de discoteca q no es capaz de mantener esa mirada desafiante cuando se baja de unos tacones... Yo no, esa no es mi vida.