
Con mi felicidad como una decisión, sin mediocridad como virus, sin fe que me debilite, con verdades como aval, sin actores principales de seductoras hazañas, con risas por deporte, con frustracion a saber las respuestas sin valientes preguntas realizadas.
Ya he sido miedo y rutina, soledad y fortaleza, amor y culpa, comienzo y desgaste, silencio y clamor.
He sido víctima e interprete de calculo, garras, colmillos, movimientos en stops, carcajadas, palabras, lágrimas.
Pero ahora me declaro fuerte y autodidacta. y pese a que me contradigo en mis debilidades, intento controlar el minuto de lo importante en la locura.
Mi corazón cronometro se ha convertido en reloj solar de atardeceres, y el tiempo que baja lento, acaricia y raspa mi cuerpo un poco envejeciendolo.
Veo una nueva lección en el horizonte, una nueva asignatura que sin graduación no me deja optar a mis deseos mas ansiados.
Pero las arrugas nunca dolieron, y a base de sosegada paciencia y lineas de expresión, intento buscar lo que paralice la maquina, e intento buscar y corregir diariamente sin conseguir con mucho resultado y muy lentamente mi perfección.
Guardo los buenos recuerdos para los malos momentos, me apunto a la vida, a decir lo que siento, a sentir lo que valgo, a soñar lo que quiero y a saber que me sobra con tener solo lo que ya tengo, nada.
A veces no siento la fuerza que me compone, lo enorme de mi adentro, temiendo el ahogo de lo magnifico, secándome con fluidos pensamientos para protegerme, y haciendo fuerte mi mudez para retener los gritos de los que estoy echo centímetro a centímetro.
Paciente como estalactita, a su vez impaciente goteo. Descanso en mis propios arboles y pienso en sus raíces.
Respiro libre, muy cansado, pero con la tranquilidad de saber que no me llevo abrazos con deudas. Solo verdades para combatir mentiras que destruyen, y conservar lo que el dinero no compra, el respeto y humildad por único equipaje y un poco mas de mi.
Temo el intenso de mis pupilas aniñadas e inexpertas aun, y mi cuentakilómetros puesto a cero para recorrer mi geografía personal en cada lugar o rincón nuevo que me espera.
Me vuelvo papel y tinta, me coso el pensamiento, paso del tic tac y muerdo todo tipo de prohibidas manzanas convirtiendo pecados en mis propios mandamientos, me lleno de arco iris echos de graffitis quinceañeros con sus colores. Y sigo siendo un inevitable mordisco infantil que no puedo evitar.
estando boca abajo y escaseando por mi propio peso, convierto el momento en algo que sea mas grano de azúcar que tierra seca, leve, breve, dulce.
No puedo disfrutar mucho como quisiera, y sin embargo encontré la forma de hacerlo lo poco que puedo, volviendo a mi.
Me como las secuelas,destrozo los efectos secundarios y engaño a la inquietud. Tan solo intento ser conmigo lo mismo que he sido siempre y seré, sinceridad, equivalente a serenidad, felicidad.
He aprendido a desnudarme con mis propios escritos, y si me gusta a través de ellos sentir lo que soy realmente aparte del mundo.
Nuevas propuestas de un viaje que comienza ya, que no tiene marcha atrás, irreversible.
Tan solo rostros agenos como motivo y objetivo de buscar una nueva lección, vivencia, experiencia.
Un nuevo lugar que consiga erizarme el vello, transmitirme, engrandecerme.
Quitarme mas el hambre dando de comer, aceptar la tristeza tan solo como equilibrio, darle la importancia de un bledo a los conceptos, no quiero mas duchas de subsconcientes nubes grises, ni quiero mas caladas que lleguen al estomago contaminando yo el humo.
Bienvenido, siéntese, asegúrese que su cinturón esta bien abrochado, y prepárese para disfrutar de este viaje con dos defensores creyentes de la libertad.
Nuestra libertad.